Capítulo 211
“Su Majestad, tiene razón en cuanto al principio. Sin embargo, si desea mostrar benevolencia como un verdadero soberano, sería mejor ejercer la misericordia”.
Tales palabras fueron completamente inesperadas considerando la naturaleza habitual del Duque de la Espada.
La mirada previamente exasperada de Logan de repente se volvió hacia el Duque de la Espada.
—Duque de la Espada, ¿qué quieres decir con eso?
La expresión del rey se endureció, como si hubiera sido traicionado por alguien en quien confiaba.
'¿Mi maestro?'
Logan estaba igualmente desconcertado.
Sin embargo, el Duque de la Espada continuó con calma.
“La rebelión acaba de ser sofocada. Me preocupa que aplicar la ley con demasiada dureza pueda provocar más disturbios”.
“¿Castigar a los rebeldes trae disturbios? ¡Qué idea más absurda!”
A pesar de su rabia, el rostro del rey se oscureció fríamente, pero la expresión del Duque de la Espada no vaciló.
“Aunque la ley es sagrada, debe aplicarse a los objetivos adecuados para que se la considere valiosa. Le insto a que ejerza misericordia, Su Majestad”.
“Ja, jajaja… Esas palabras…”
Como si estuviera en conflicto y con mucho que decir, el rey miró de un lado a otro entre el Duque de la Espada y Logan.
Su expresión pronto se volvió impasible.
—Bueno, si ambos lo decís, ¿qué puedo hacer yo, impotente como soy? Debo aceptarlo.
“Su Majestad, no debería decir…”
“Váyanse los dos ahora. Quiero estar solo”.
La conversación terminó con una respuesta inesperada.
Y durante todo el breve diálogo, Logan no logró pronunciar palabra alguna.
"¿Por qué hiciste eso?"
Al salir del palacio real, Logan finalmente rompió el silencio.
El Duque de Espadas suspiró suavemente.
“Sólo dije lo que era necesario decir”
“¿No fue para ponerse de mi lado?”
“Son solo los restos de una guerra que ya terminó. Pensé que imponer un castigo severo en estas circunstancias tampoco sería bueno para Su Majestad”.
“Pensé que estabas tratando de detenerme.”
“Y eso también está ahí.”
Para sorpresa de Logan, el Duque de la Espada asintió con la cabeza.
Entonces el dijo,
—Esta vez sí me puse de tu lado, pero ¿es necesario que estés en desacuerdo con Su Majestad? ¿No podrías humillarte un poco más?
“¿Cuánto debo enviar?”
"¿Qué?"
“. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .EL FIN