Helmut: El Niño Abandonado (Novela) Capitulo 406.2


C406.2

El entorno era caótico, una cacofonía de voces que se extendía desconcertadamente.

¿Había estado alguna vez el torneo tan agitado, desde las preliminares hasta la final?

Y, sin embargo, el cielo sobre el escenario parecía increíblemente claro.

'Un día bonito.'

Helmut subió al escenario con calma, sin prisas. El aire a su alrededor se sentía separado de la atmósfera circundante, completamente quieto.

A unos diez pasos de distancia se encontraba su oponente. Un Caballero Sagrado. De entre todas las cosas, su predestinado adversario final resultó ser la espada de Lumen.

Lumen: el que torció el destino de Helmut y lo atrapó en el Bosque de Raíces.

Y ahora, fue como si ese mismo Lumen hubiera enviado su espada más afilada y fuerte.

Me sentí como si estuviera frente a la última barrera.

«Entonces todo lo que tengo que hacer es superar esto… Eso es todo.»

De repente, una voz gritó.

He oído hablar mucho de ti. Dicen que eres muy hábil.

Aunque el hombre parecía elogiarlo, su tono carecía de admiración. Más bien, se percibía un aire de juicio distante, como si evaluara a Helmut desde arriba.

Helmut estudió lentamente el rostro del hombre.

Un rostro cincelado. Ojos dorados que brillaban como el sol.

Reconoció esa mirada. Personas así se creían correctas, firmes en su camino. Ya fuera por arrogancia o por convicciones erróneas, una vez establecido, daba igual.

Rechazaron toda oposición como si se sacudieran las gotas de lluvia. Esa fe inquebrantable destruiría todo lo que se le opusiera.

—Pero ¿el tuyo es realmente tan inquebrantable?

Helmut cuestionó: ¿Eran esas creencias tan bien cultivadas lo suficientemente fuertes como para resistir cualquier impacto?

'No.'

Él ya tenía la respuesta. Porque tenía un criterio de comparación claro.

La vida de este hombre había sido como la de una flor de invernadero. Sus cimientos eran inalterables, como los de Helmut.

Nunca había experimentado verdaderas dificultades. Por eso se aferró con tanta confianza a sus convicciones: su inevitable victoria, la inevitable derrota de Helmut.

'Desagradable.'

Una sonrisa fría se dibujó en los labios de Helmut.

Para alguien criado en el Bosque de las Raíces, no había nada más exasperante que ser menospreciado por alguien más débil.

Lo supo al instante. Este hombre era fuerte. Más fuerte que Luke Yeager, más fuerte que el excomandante de los Caballeros de Palma. De todas las personas que Helmut había conocido desde que dejó el bosque, el más fuerte.

Alguien que el Templo podría proclamar con orgullo como su carta del triunfo. Un prodigio único en su generación con la espada.

Pero aún era más débil que Darien.

Y alguien más débil que Darien jamás podría derrotar a Helmut. Eso estaba fuera de toda duda.

"Y en cuanto a talento, tampoco soy inferior".

¿Acaso no se había topado nunca con un verdadero rival desde que entró al mundo humano? Helmut preguntó con franqueza:

Caballero Sagrado. ¿Has visto mi espada?

"No."

Qué lástima. Si lo hubieras hecho, ya lo habrías sabido.

Sabía lo fuerte que era su oponente, y lo débil que él mismo era, comparado con él. Si lo hubiera visto, no se habría atrevido a presentarse hoy vestido así. Una verdadera desgracia.

Sólo ahora, en ese momento, llegaría a comprender con amargura lo que nunca antes había sabido.

La derrota siempre es una maestra significativa.

El hombre de ojos dorados levantó una ceja, aparentemente molesto por la provocación de Helmut.

La confianza está bien. Pero, por desgracia, no la pierdo.

Su voz se hizo más profunda y enfática.

Soy la Primera Espada de Lumen. No me está permitida la derrota.

Era la primera vez que revelaba su identidad. La Primera Espada de Lumen. Helmut no lo sabía, pero el comandante de los Caballeros Sagrados era conocido como la Segunda Espada de Lumen.

El puesto de Primera Espada había permanecido vacante durante siglos. Solo un elegido por la Espada Sagrada podía reclamar el título.

Y este hombre era a la vez la Primera Espada de Lumen y portador de la Espada Sagrada. La reliquia sagrada más poderosa del Templo sin duda le daría la victoria.

El poder de la Espada Sagrada, que se decía que consumía todo mal, era aterrador. Llevaba su habilidad al límite.

Aunque presentía que su oponente no sería fácil, Servant se mantuvo firme.

"Incluso si es el Santo de la Espada, no me vencerá."

Incluso los sumos sacerdotes lo habían dicho. Una determinación inquebrantable llenó sus ojos.

¡Qué lástima! Nunca he perdido ninguno de los dos.

Una sonrisa feroz se dibujó en los labios de Helmut. No hacían falta más palabras. Todo se resolvería con el resultado.

El momento del destino se encendió como una llama. Helmut había sido quemado por ese fuego, herido por él y forjado en él.

Y así, allí estaba él.

No importaba cuán fuerte fuera la luz de Lumen, no extinguiría su oscuridad.

Porque la luz era fugaz, pero su oscuridad había crecido larga y profunda.

'Ya pasó un tiempo…Mamá.'

Su mirada se dirigió brevemente hacia donde ella estaba sentada antes de que su mano se apretara alrededor de la empuñadura de su espada.

Finalmente, con una fuerte señal, comenzó el duelo.
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Trial

I like Korean novels (Murim, Dukes, Reincarnation, etc, etc, etc)

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